Los adelantos tecnológicos en la agricultura han generado que cada vez aparezcan más startups que apuestan por la agrotecnología y las aceleradoras de negocios han visto que los emprendedores traen ofertas innovadoras con procesos productivos más modernos y eficientes.
Hasta hace poco más de una década era un sector poco visto por los nuevos hombres y mujeres de negocio, pero hoy en día la agrotecnología es un rama interesante para los startups por varios motivos.
Luis Alberto Ibarra, director general del Fondo de Capitalización e Inversión del Sector Rural (FOCIR), explica que por un lado les permite realizar avances tecnológicos y aplicar sus conocimientos en un sector en crecimiento y con muchas posibilidades de negocio.
Y por el otro, es un sector que resulta atractivo por el reto que supone desarrollar las herramientas necesarias para gestionar los recursos naturales de manera sostenible, ayudando a preservar el medio ambiente.
El también académico de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad Anáhuac, Campus Norte, enfatiza que mantener sin cambios el actual sistema de producción en el mundo podría hacer inviable el alimentar en un futuro próximo a la población mundial.
Recordemos que la FAO ha insistido en que para el 2050 se necesita producir 70 por ciento más de alimentos para 2,300 millones de personas más de las que ya existimos hoy, además de que el cambio climático será uno de los principales retos de la agricultura mundial en las próximas décadas. Vaya tarea considerando que el presidente electo de Estados Unidos Donald Trump, no considere ciertos estos datos.
Los beneficios
Por ello, FOCIR se ha sentado con universidades y representantes de la industria para impulsar los proyectos de emprendedores que puedan ofrecer a los agricultores soluciones y alternativas para satisfacer en el futuro la demanda de alimentos.
María Araiza directora general de la Asociación Mexicana de Capital Privado (Amexcap), coincide con FOCIR que estas innovaciones reducen costos, mejoran la rentabilidad de los cultivos y disminuyen el impacto ambiental tanto en pequeñas como en grandes explotaciones.
Los agricultores comienzan a ver con buenos ojos estos avances y a cambiar su modo de pensar gracias a las facilidades que la tecnología les ofrece. Por ejemplo, ahora pueden controlar todo lo que pasa en su huerta o campo sin necesidad de estar presentes, gracias a aplicaciones que les informan del riego, temperatura, velocidad del viento y toda clase de factores que pueden afectar a sus cultivos.