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¿Qué son los Plaguicidas?

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La historia de la sociedad moderna y los plaguicidas es una relación de amor y odio. Del reconocimiento al DDT con el Nobel en 1948 por “salvar vidas”, al eliminar plagas y enfermedades, los pesticidas pasaron a la regulación estricta e incluso a la prohibición absoluta, como ocurrió con el mismo DDT por su alta toxicidad.

¿Un mal necesario? ¿Así podría definirse un plaguicida? Las plagas afectan entre 25% y 35% de la cosecha mundial, por lo que los agricultores aún requieren de los pesticidas, en tanto se establecen nuevos modelos agrícolas que reduzcan esa dependencia. El uso informado de estos productos químicos es clave para obtener sus beneficios y amortiguar los riesgos potenciales a la salud humana y al medio ambiente asociados con su uso.

La Real Academia de la Lengua Española admite pesticida como sinónimo de “plaguicida”. Vienen del latín “pestis” —peste, calamidad, plaga—, por lo que ambas palabras significarían: “sustancia que se emplea para combatir plagas”.  Hay que partir del breviario semántico y etimológico, pues se trata de productos que en sus inicios sirvieron al hombre para erradicar insectos que provocaban verdaderas calamidades, pues eran transmisores de enfermedades que aniquilaban a gran parte de la población o del ganado o que acababan con los cultivos.   

En el Código Internacional de Conducta para la Distribución y Utilización de Plaguicidas, la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO) los define como “cualquier sustancia o mezcla de sustancias destinadas a prevenir, destruir o controlar cualquier plaga” que puede ser insectos, malezas y animales como roedores o aves. El término incluye sustancias químicas que regulan el crecimiento de las plantas, productos que provoquen la caída de las hojas o sequen hierbas, agentes para reducir la densidad de fruta o para evitar su caída prematura, así como sustancias aplicadas a los cultivos antes o después de la cosecha para proteger los productos vegetales durante su almacenamiento y transporte.

¿Qué son los Plaguicidas?

Las especificaciones para producirlos son desarrolladas por la FAO y la Organización Mundial de la Salud (OMS), pues ambas agencias reconocen su importancia para hacer frente al reto de alimentar a una población cada vez mayor. La OMS enfatiza que su uso permite producir alimentos, porque mantienen o aumentan el rendimiento de los cultivos.

Son productos químicos que se pueden clasificar según su mecanismo biológico o método de aplicación, pero la mayoría actúan por envenenamiento a las plagas. Actualmente se producen a nivel industrial, con al menos 11 años de respaldo de investigación científica, pues deben someterse a un riguroso proceso de regulación nacional e internacional. 

De dónde vienen

El dominio de la agricultura vino acompañado de creatividad para evitar que las plagas acabaran con los cultivos, pero la química moderna marcó un hito cuando descubrió el DDT o Dicloro Difenil Tricloroetano. Se estimó que éste llegó a salvar más de un millón de vidas por año. En la India, por ejemplo, el uso masivo de DDT logró que el paludismo o malaria que, en 1952, afectaba a 75 millones de personas, se redujera a sólo 100 mil casos. 

En 1939, el químico alemán Paul German Müller “redescubrió” al DDT que desde 1874 se había logrado sintetizar. A Müller incluso se le concedió el Premio Nobel de Medicina, en 1948, por tres hechos determinantes: demostró la rápida eliminación del escarabajo de la papa, responsable de enormes pérdidas agrícolas; permitió al ejército aliado hacer frente al malaria y al tifus; y cuando la ciudad italiana de Nápoles sufría una grave epidemia de tifus trasmitida por piojos, en 1944, la epidemia se erradicó con la aplicación de  DDT en las cabelleras de todos los napolitanos.

Cómo se clasifican

No todos los plaguicidas son insecticidas. Ni todas las plagas son insectos. El espectro de estos compuestos con aplicaciones agrícolas son fundamentalmente cuatro: herbicidas para eliminar malezas, insecticidas para combatir insectos, fungicidas para controlar enfermedades provocadas por hongos y fertilizantes para nutrir el cultivo. 

Los herbicidas se desarrollaron para destruir malas hierbas. Hay más de 12 familias de compuestos químicos que se usan para controlar la maleza, pero básicamente se dividen en dos tipos: los selectivos porque solo matan algún tipo de plantas y otros no selectivos que matan toda la vegetación. 

Los dos herbicidas más comunes —el ácido 2,4-diclorofenoxiacético (2,4-D) y el ácido 2,4,5-triclorofenoxiacético (2,4,5-T)— son selectivos y tienen una estructura química similar a la de la hormona del crecimiento de algunas plantas. Son especialmente usados en los cultivos de maíz, arroz y trigo, cereales fundamentales en la alimentación mundial. 

¿Qué son los Plaguicidas?

Los  herbicidas tienen un menor grado de toxicidad que otros productos químicos de uso diario como pinturas, barnices, pegamentos o limpiadores. En cambio los insecticidas son mucho más tóxicos, pues están diseñados para envenenar a los insectos. 

Entre los insecticidas desarrollados por la química moderna destacan los organoclorados que, en general, se catalogan como Contaminantes Orgánicos Persistentes —calificados así en la jerga química pues contienen carbono—, resistentes a la fotodegradación y a la degradación biológica y química. Aún en bajas concentraciones, son  altamente tóxicos por su alta solubilidad y su capacidad de bioacumulación, por lo que pueden transferirse de un organismo a otro con relativa facilidad. En tanto que los productos con una base organofosforada son menos tóxicos y tienen menor capacidad para acumularse en los tejidos, característica que les da ventaja con respecto a los otros.

Un fungicida es un tipo particular de plaguicida que controla enfermedades en las plantas ocasionada por hongos,  inhibiendo o eliminando al patógeno. De acuerdo con la Sociedad Americana de Fitopatología, para que la mayoría de los fungicidas sean efectivos deben aplicarse antes de que la enfermedad ocurra o ante los primeros síntomas, pues estos productos sólo pueden proteger al tejido nuevo no infectado. 

¿Qué son los Plaguicidas?

En Estados Unidos, los fungicidas se clasifican por el tipo de función que ejercen, pues pueden proteger a las hojas o incluso curarlas, en tanto que otros productos inciden en la exterminación del hongo. 

Los fertilizantes también se incluyen en el espectro de la definición de pesticidas, pues su función también es garantizar la viabilidad de los cultivos. De acuerdo con la FAO, son productos que sustituyen el nitrógeno que se elimina del suelo con las prácticas agrícolas. “Mientras que el uso extensivo de nitrógeno puede implicar su desperdicio y dañar los recursos hídricos, el enorme incremento en el uso de fertilizantes ha ayudado a impulsar una rápida expansión de la productividad agrícola”, asegura el organismo. 

Aunque el grado de toxicidad de los pesticidas varía según el tipo de producto y necesidad, en general, se busca que esta gama de compuestos sean poco contaminantes, especialmente porque se estima que hacia 2050 deberá duplicarse la cosecha de productos vegetales. 

Aplicación de los plaguicidas para el control de plagas

Un plaguicida se usa según la plaga que controla. Los factores para determinar la cantidad de producto van desde el tipo de cultivo, la hora del día, el equipo disponible y el producto que se utiliza. En el mercado, existen diferentes fórmulas, ingredientes activos y concentraciones con un etiquetado de “dosis recomendada”. 

El aspersor nebulizador o bomba de mochila es la herramienta que más utilizan los pequeños y medianos agricultores. Se recomienda para uso localizado, lugares no accesibles a maquinaria y topografías accidentadas. Aunque la agricultura moderna ya echa mano de tractores automatizados que permiten la aspersión del producto, lo que amortigua el riesgo para los trabajadores. Además el uso de aplicaciones de geo-localización que facilitan al agricultor saber qué plantas específicas debe fumigar, lo que se traduce en un uso racionalizado de estos compuestos. 

¿Qué son los Plaguicidas?

La correcta dosificación y la calibración del equipo también permiten el adecuado control del patógeno y reducen el riesgo de provocar resistencia en las plagas, así como el eventual daño al cultivo y al ambiente. La dosificación también implica ahorros para el productor al optimizar el uso del producto.

Una sobredosificación puede causar toxicidad al cultivo y desarrollar resistencia en las plagas. En tanto que una subdosificación controla deficientemente a la plaga. Utilizados de manera correcta son insumos útiles para la prevención y control de plagas agrícolas. Sin embargo, su potencial efecto tóxico y contaminante obliga a que las autoridades recomienden medidas de seguridad, especialmente con el manejo de los residuos plaguicidas para que estos sobrantes se apliquen a las orillas de los cultivos y nunca cerca de las fuente de agua potable. 

Regulaciones sobre su uso

Las regulaciones y las restricciones al uso de ingredientes pesticidas se ha logrado a través de tratados internacionales como el Convenio de Rótterdam que inició su cabildeo desde 1998 y entró en vigor en 2004. Estos acuerdos establecen un “sistema de alerta rápida” para ayudar a los países a protegerse contra determinados productos químicos peligrosos. 

El Convenio de Rótterdam facilita el intercambio de información acerca de los productos químicos y sus características, para disponer de un proceso nacional para toma de decisiones sobre su importación y exportación.

México está entre los 60 países firmantes del Convenio de Rótterdam, por lo que en 2007 actualizó su Catálogo de Plaguicidas Usados, Restringidos y Prohibidos. De hecho, las autoridades mexicanas de salud, agricultura y medio ambiente someten a estas sustancias químicas a las más estrictas evaluaciones antes de emitir un registro sanitario. 

En el proceso de registro se realizan más de 120 estudios para evaluar la eficiencia del pesticida y su impacto en el agua superficial y subterránea, en la vida silvestre y en el aire. También se identifica el eventual riesgo para el usuario o el trabajador que lo aplica, así como en el consumidor de alimentos. Las estimaciones de las autoridades ambientales mexicanas es que en el país se usan 35 mil toneladas anuales de plaguicidas tanto líquidos como sólidos

En el mundo se utilizan más de 1,000 pesticidas. Sin embargo, aquellos que ya se han prohibido en la agricultura son los considerados “más antiguos y baratos” que incluso ya perdieron patente — como el DDT y el lindano— y de los cuales se ha comprobado pueden permanecer durante años en el suelo y en el agua. Sin embargo, el DDT aún se permite para abatir brotes de malaria, una enfermedad potencialmente mortal causada por parásitos que se transmiten al ser humano por la picadura de mosquitos.

¿Qué son los Plaguicidas?

A nivel mundial, la FAO y la OMS son las agencias de la Organización de las Naciones Unidas responsables de expedir guías para el adecuado manejo de plaguicidas. En Estados Unidos, la Agencia de Protección Ambiental (EPA) los regula a nivel nacional bajo la autoridad de la Ley Federal sobre Insecticidas, Fungicidas y Rodenticidas  y otras leyes. La EPA trabaja en cooperación con agencias estatales para registrarlos, educar a los aplicadores, vigilar el cumplimiento normativo e investigar problemas relacionados con estos Contaminantes Orgánicos Persistentes. 

Efectos en el medio ambiente y las personas

Una de las principales fuentes de exposición a los plaguicidas y a sus desechos es el medio ambiente, pues tienen la capacidad de transferirse de un organismo a otro. Los residuos de plaguicidas se depositan en el suelo y a través de procesos de infiltración, los compuestos pueden ser arrastrados por la lluvia hasta alcanzar cuerpos de agua y transferirse a organismos acuáticos o eventualmente pueden llegar al agua del subsuelo, cuya extracción es para uso humano.

La dispersión en el aire hace que entren en contacto directo con insectos, animales de granja, frutas, verduras, semillas e incorporarse en la cadena alimenticia. También tienen la capacidad de bioacumularse en los tejidos de los organismos y pasar a diferentes eslabones de la cadena alimenticia, por lo que consumir alimentos ricos en grasa como carne, mariscos, pollo o pescado es también una ruta de exposición.

Aunque el mayor riesgo se encuentra por la exposición directa con los trabajadores agrícolas y las personas que viven cerca de los sitios donde se realizan aplicaciones en cultivos.

A la pregunta sobre cómo los pesticidas afectan a la salud, el Centro Nacional de Información de Pesticidas de Estados Unidos (NPIC) advierte que debido a que son agentes que se utilizan para matar, prevenir, repeler o de alguna manera afectar negativamente a algún organismo vivo (la plaga), son tóxicos en algún grado para la salud humana y para los animales, incluso para insectos benignos como las abejas y otros polinizadores. “Entender los riesgos de pesticidas específicos puede ayudarle a decidir si desea o no usarlos, o ayudarle a elegir entre dos productos diferentes”, advierte este centro. 

La OMS considera que los pesticidas pueden tener toxicidad aguda como crónica sobre la salud, en función de la cantidad y del modo de exposición, ya sea la ingestión, la inhalación o el contacto directo con la piel.  Un daño crónico se presenta cuando se ha estado en contacto con concentraciones bajas de un producto, el efecto se manifiesta después de varios meses e incluso años. En tanto que un daño agudo se presenta cuando el organismo entra en contacto directo con la sustancia tóxica a altas concentraciones como ocurre con derrames o ingestión accidental. 

Al lavar frutas y verduras antes de comerlas, también se aminora el riesgo de ingerir estos productos que pueden venir adheridos a la cáscara y provocar problemas de salud. De hecho, la reducción de sustancia químicas en la agricultura es una exigencia cada vez mayor  por parte de los consumidores. Entre los recursos menos tóxicos que comienzan a promoverse para que los agricultores limiten más su uso está el control biológico, esto es utilizar a otros insectos depredadores para combatir plagas.

Los resultados del control biológico son lentos, requiere de entrenamiento, estudio y paciencia. Sin embargo, la contaminación por el uso prolongado de pesticidas puede modificarse paulatinamente con el manejo integrado de nuevas prácticas agrícolas. Se trata de productos que ofrecen beneficios para hacer frente a los desafíos de alimentación y cuyo uso podrá combinarse con tecnología y técnicas agro-amigables que amortigüen los efectos ambientales de la aplicación de plaguicidas.

REFERENCIAS

Código Internacional de Conducta para la Distribución y Utilización de Plaguicidas (FAO, 1990) http://www.fao.org/3/a-a0220s.pdf

Residuos de plaguicidas en los alimentos https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/pesticide-residues-in-food

Cálculo de la dosificación de un plaguicida (Instituto para la Innovación Tecnológica en Agricultura) https://www.intagri.com/articulos/fitosanidad/calculo-de-la-dosificacian-de-un-plaguicida

12 recomendaciones para compra, manejo y aplicación de plaguicidas (SENASICA) https://www.gob.mx/cms/uploads/image/file/314672/Plaguicidas.jpg

Regulación y ciencia de los plaguicidas (Protección de Cultivos, Ciencia y Tecnología) http://proccyt.org.mx/noticias/268-regulacion-y-ciencia-de-los-plaguicidas´`

Plaguicidas en México: usos, riesgos y marco regulatorio (UAM)

https://www.globalsciencejournals.com/content/pdf/10.7603%2Fs40682-013-0003-1.pdf

Centro Nacional de Información de Pesticidas (NPIC) http://npic.orst.edu/factsheets/WhatsMyRisk.es.html

Sociedad Americana de Fitopatología

https://www.apsnet.org/edcenter/intropp/topics/Pages/fungicidesSpanish.aspx

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