Los mexicanos indocumentados en Estados Unidos hacen el trabajo que pocos quieren hacer. De acuerdo con un estudio de la plataforma digital de empleos Apli, en Carolina del Norte, sólo siete ciudadanos de Estados Unidos respondieron a una convocatoria para cubrir 6,500 vacantes en una granja. En Georgia, el gobernador tuvo que enviar presos a trabajar el campo para sustituir a los inmigrantes indocumentados, a la primera media hora de trabajo la mayoría ya pedía regresar a prisión. En San Francisco, la cadena de restaurantes Tacolicious ha tenido que construir locales más pequeños “ante la escasez de trabajadores de restaurantes”.
La dificultad para reemplazarlos se debe no sólo al tipo de trabajo, sino a la cantidad de mano de obra que ofrecen. En Estados Unidos trabajan 15,342,000 mexicanos, de los cuales el 24 % no tiene papeles ni permiso para hacerlo, según datos de la Oficina de Estadísticas Laborales de Estados Unidos. De ese total, 364,000 se ocupan en campos agrícolas y pesqueros, de acuerdo con la misma fuente. Estos trabajadores representan el 20 % del total que se dedica al cultivo de frutas y verduras, y el 22 % de los que se emplean en la industria de la matanza y procesado de animales.
La organización Estudiantes en Acción con Campesinos (Student Action with Farmworkers – SAF) reporta que el 75 % de los trabajadores agrícolas de Estados Unidos nacieron en México, el 53 % de ese total son indocumentados, el 25 % son ciudadanos estadounidenses y apenas el 21 % son residentes permanentes con permiso para trabajar.
Los trabajadores agrícolas son el segundo grupo con el salario más bajo de Estados Unidos, después del servicio doméstico, con 8 dólares por hora (160 pesos aproximadamente). No obstante, este salario no se compara con los 100 pesos que ganan por 15 horas de trabajo los jornaleros agrícolas en México.
Ante este panorama hay suficiente gente preocupada en Estados Unidos y México por impedir las deportaciones masivas de inmigrantes indocumentados, toda vez que no se están yendo sólo aquellos con antecedentes criminales, sino sobre todo trabajadores agrícolas y de la construcción.