Todo empezó con alguien que puso atención a la necesidad de una familia, hace 50 años. Desde entonces, los bancos de alimentos se han convertido en una buena opción para mitigar el problema de hambruna y escasez alimentaria en el mundo.
Hace unas cuantas décadas, un hombre llamado John van Hengel, de Phoenix, Arizona, escuchó con atención lo que una mujer con nueve hijos y un marido en la cárcel hacía para alimentar a sus hijos: recogía la comida que se caía del camión que surtía al supermercado. Van Hengel tomó la experiencia de la mujer y la sistematizó, formando el primer banco de alimentos reconocido como tal en el mundo en 1967. En breve, el gobierno estadounidense notó los beneficios del programa y muy pronto todos los estados norteamericanos tenían al menos uno. En Europa la idea tardó más tiempo en establecerse y fue hasta los años 80 que los bancos empezaron a funcionar más en forma (en Francia, 1984; en España en 1989). Para finales de los 80 ya se había organizado la Federación Europea de Bancos de Alimentos (FEBA).
La FEBA ha trabajado sin descanso desde su formación y tiene lineamientos muy concretos relacionados con la reducción de desperdicios y el aprovechamiento de alimentos, a tal grado que durante el 2016 la Federación logró entregar mil millones de comidas a organizaciones sociales para alimentar a más de 6 millones de individuos. Las cifras reportan que Europa desperdicia por año 51 millones de toneladas de comida en buen estado, de la cual el 55% se tiran en casa. Esto ha motivado a que la FEBA trabaje con la Comisión Europea y con los países de la región para alcanzar sus metas de aprovechamiento.
Los bancos de alimentos son una buena opción para ayudar a quien lo necesita. Cuando hagas la compra, añade un par de productos más, enlatados o frescos, y entrégalos a los bancos de alimentos. Asociaciones restauranteras y gastrónomos se involucran en la donación de alimentos preparados y en implementar campañas para evitar el desperdicio. En muchos casos, los alimentos frescos, perecederos, son cocinados y llevados a comedores públicos o sitios organizados para entregarlos.
En nuestro país, Bancos de Alimentos de México opera desde 1995 y cada año ayuda a más de un millón de personas con necesidades alimentarias. Tú puedes sumarte a la iniciativa y contribuir en este trabajo comunitario.
Referencias: