Te habla Georgina Maynez, Coordinadora del Centro Internacional de Marcadores Moleculares en Bayer Crop Science, lugar donde he pasado gran parte de mi vida como investigadora comprometida con la ciencia para el mejoramiento del maíz; aclaro que, en un principio, no estaba en mis planes trabajar en ello; sin embargo, hoy es una de mis más grandes pasiones.
Desde pequeña se despertó en mí un inquietante interés por el estudio de la genética, razón suficiente para para concluir mi trayectoria académica como ingeniera bioquímica, y más tarde cursé una maestría en biotecnología. Desde entonces, mi camino por la innovación agrícola ha sido largo y fructífero, pero, no todo ha sido color de rosa.
Irme del lugar donde vivía y estudiaba a una ciudad enorme donde no tenía a nadie, fue un parteaguas en mi vida, sin olvidar que ser mujer en esta industria es un desafío que debemos a la brecha de género. Aun así, cuando llegué a Bayer hace 16 años, me di cuenta de que fue y ha sido siempre una empresa muy inclusiva, no sólo en el ámbito científico, sino en todas sus vertientes.
Por otra parte, un gran reto para cerrar la brecha de género es acercar a las chicas más jóvenes a esta disciplina, soy madre de tres hijas y busco fomentar el empoderamiento de las niñas y las mujeres en la ciencia, trato de alimentar su curiosidad por descubrir cómo se producen los alimentos, cómo funcionan las cosas, hay que inculcarles esa pasión desde las bases de su educación, puede ser por medio de juegos. Hoy en día existen diversos recursos para hacerlo de una forma segura y digital, por ejemplo: Baylab.
Para los lectores: un poco sobre mi visión, mi pasión y dedicación profesional en el mejoramiento del maíz.
Uno de los objetivos de Bayer es optimizar la calidad del alimento que está en el corazón de México: el maíz.
Como parte de las acciones para lograr esa meta, desde mi área investigo cuáles son las características más destacadas de los maíces nativos del país, por ejemplo, su color, su altura o alguna cualidad que los permita tener un desarrollo estable. Para posteriormente, introducirlas en aquellos maíces de otros estados de la república que no las tienen y conseguir parcelas más productivas.
Un ejemplo claro de la labor que realizo con más científicos en el día a día, es el Sistema VITALA, un pionero en ayudar a los agricultores con plantas de baja estatura que son más amigables con el planeta, cabe decir que actualmente colaboramos con investigadores de otros países para ayudarlos a mejorar sus cultivos. Todo lo que queremos es revolucionar la forma en que trabajan los productores mexicanos y del mundo.
¡Spoiler! Sin inclusión, no hay innovación
Lo que hemos conseguido, también se lo debemos a la interdisciplina de las ciencias, considero vital que las empresas deben tener diferentes perfiles en sus colaboradores para lograr los objetivos trazados, y no me refiero a sólo el sector agrícola, todas las áreas deben enriquecerse, es fundamental adquirir la mayor cantidad posible de habilidades porque eso impacta a todas las industrias. Ahora, también las universidades brindan más conocimientos, porque es necesaria esa diversidad e inclusión. De hecho, el equipo en el que colaboro es muy rico y diverso, eso me nutre como profesional y como persona.
Recuerdo que, cuando era “la nueva” me sentía muy inexperta, y fue la diversidad de mi equipo lo que me impulsó, el gusto por mi trabajo se reforzó cuando convivía con todos y escuchaba cómo se apasionaban por el campo, por el maíz y los híbridos cuando salían al mercado, era muy gratificante porque cada quién tenía una perspectiva diferente.
“La agricultura es la base de la sociedad”
Quizás a esta altura de mi historia se están preguntando: ¿Por qué es tan importante el mejoramiento del maíz y la inclusividad? Lo es porque la ciencia la hacemos todos los días. Para mí, la agricultura es la base de la sociedad, y la ciencia tiene un papel muy importante, porque está presente en nuestra vida cotidiana, todas las actividades conllevan ciencia: la ropa, la escuela, los viajes, todo.
Por último, me gustaría decir que la agricultura del futuro está comenzando hoy. En general, el sector agro debe ser amigable con el medio ambiente porque la población está en crecimiento, debemos cuidar la tierra e impulsar a los pequeños agricultores, llevarles tecnología con la que logren producir una mejor cantidad en menos espacio. Yo me siento muy orgullosa de formar parte de Bayer Crop Science porque sentamos las bases para la producción de alimentos en un porvenir más verde. Y a ustedes que me están leyendo les digo: ábranse a la ciencia, van a descubrir un mundo impresionante.